viernes, 29 de julio de 2011

27

La pasada noche me visitaste.

Jamás pensé que te extrañaría de ésta manera. Irrisoria. Sin sentido. Quisiera que no te hubieras ido luego de aquel beso que me diste, luego de decirme lo mucho que me amas también.

La pasada noche me visitaste.

Y no fue sin anhelo, emoción o nerviosismo que me rendí a tus brazos. No recuerdo la melodía de tu voz que tanto me motiva a andar siempre. La quiero volver a oír.

La pasada noche me visitaste.

Lloré de amor mientras te veía venir, sonriendome calidamente como una canción. Como el sol de primavera a las flores que despiertan del frio invierno.

La pasada noche me visitaste... y fue maravilloso... hasta que tuve que despertar.

Secar mis ojos.
Tragar mi angustia.
Abrazar mi soledad.

... y seguir viviendo.


Cap. Gado
F.G. 20112907

lunes, 25 de julio de 2011

Evidencia

Hoy desperté por la mañana, y estaba solo. Casi evidente, verdad?

Bien, no era solamente que tú no estuvieras a mi lado ésta mañana. Estaba solo.

Podía oír la lluvia caer casi musicalmente, pero no tenía con quien compartirla. Pensé en muchas de las personas que conozco, y no encontré el candidato ideal hasta que pensé en ti. También era evidente, verdad?

Me pregunto ¿Tanto es mi anhelo por ti, que hasta en sueños te llamo? Desperté por mi propia voz. Sorprendido, esperanzado y desilusionado. No estabas ahí. Mi cama estaba fría por tu ausencia, y no podía compartir contigo la melodiosa lluvia que acariciaba mi ventana.

Pensé en quienes me piensan, y ya no más de lo que yo les pienso. Y eso es bueno. ¿Cómo no ha de serlo, si es parte de la vida el dejar de pensar en los otros, para comenzar a pensar en un nosotros?

Me lo pregunto, y me lo cuestiono a cada instante. ¿Existirá un nosotros?

La respuesta a esa pregunta, ya no es evidente para mi.

¿Lo es para ti?


Cap. Gado
F.G. 20112507