Aún recuerdo el olor de la berenjena y los condimentos al salir del sartén, el aroma de las especias llenando el aire. Recuerdo las tardes paseando en su automóvil, sin un claro rumbo definido. Recuerdo sus risas, explosivas y de alegría contagiosa. Su gusto por asustar a la gente y como reía al hacerlo.
Recuerdo su inagotable ingenio y creatividad, de como resolvía problemas cotidianos con una sorprendente astucia. En contradicción con lo despistada que solía ser, y perderse a tan solo unas cuadras de la casa.
No recuerdo haberte visto enfadada, salvo un par de ocasiones, que incluso no parecía enfado sino una nueva enseñanza.
No recuerdo haber oído a nadie que no recuerde algo que aprendió de ti.
Todos te recordamos, y eso te hará vivir por siempre.
Te quiero.
Cap. Gado
F.G. 20092204
2 comentarios:
asi es... siempre nos dejan grandes cosas... nos dejan sus lecciones, momentos felices...
siempre en los recuerdos...
adelante y avance...
Asi es como los meros humanos nos hacemos eternos... en las memorias de los demás.
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